Historias de bar y sueños cumplidos
Por Sebastián Casadidio
Esa noche, luego de unos tragos y una buena música, nos escapamos del bar, en mi Fiat 600, y retomamos camino a la senda del viaje, de nuestro viaje, al que nadie conoce, ni va a conocer, ya que no lo develaremos jamás.
En este viaje, miramos las estrellas, las nubes de la montaña, el atardecer detrás del océano, y nos vemos el uno al otro, casi sin hablarnos, todo lo sabemos el uno del otro, todas nuestras verdades.
Nada ni nadie, nos molestará. En este relieve teñido de blanco, y tan bello, dejaremos nuestras huellas, y quizá nos tiraremos a descansar un largo tiempo. Veremos el sol al amanecer y el fuego al anochecer.
Encontramos un escondite secreto, el cual mantuvimos guardado desde siempre.
Pero luego, durante un tiempo, obvio seguimos juntos, en este camino de ser libre, y de expresar nuestros sentimientos; con la tranquilidad de que todo lo que aprendimos de la vida, no fue en vano, sino que nos servirá para estar serenos, a la hora de tomar decisiones.